Este orgulloso herrero de la ciudad rionegrina de Viedma se convirtió en el primer nadador de aguas abiertas en cruzar el Canal de Beagle.
Apasionado de la natación y los desafíos en aguas abiertas, Sebastián cuenta: "De a poco fui agregándole más condimentos y complejidad. Nadé en ríos, en lagos de agua fría o de altura, y empecé un entrenamiento más dirigido a la especialidad". Hasta que se animó a recorrer los 1.500 metros que nos separan de la costa chilena a través del Canal Beagle, en un tiempo de 29 minutos y 56 segundos.
"Había nadado en Ushuaia el año pasado, pero solo en pequeños tramos y junto a otros 46 nadadores. Me había quedado pendiente la experiencia del cruce personal y por suerte pude hacerlo”
El cruce fue realizado en condiciones de temporada invernal, con 5 grados de temperatura ambiente y 1 grado de sensación térmica, y sin protección en el cuerpo, según certificó la empresa Swin Argentina, dirigida por el experimentado nadador Matías Ola, que estuvo a cargo de la logística de la travesía.
Rodríguez había llegado a Ushuaia una semana antes, para aclimatarse con entrenamientos en playas cercanas a la ciudad.
El herrero de Viedma insisten en que "Así se acostumbra el cuerpo, trabajando todos los días, aunque haya viento o llueva. También hay que entrenar la mente. El frío produce unos pinchazos y ardor los primeros dos o tres minutos, pero luego el cuerpo se acostumbra y la experiencia comienza a disfrutarse".
Luego de tragajar varios años como empleado, hace poco Rodríguez inauguró su propia herrería y entrena en el río "todos los días menos sábado y domingo", cumple con los pedidos de sus clientes y atiende el negocio que asegura su sustento diario.
"Es un taller pequeño. Hago rejas o lo que me pidan dentro del rubro. Algunos saben de mi faceta deportiva y me preguntan cada tanto. Otros me llaman loco. Igual, todos terminan pidiéndome descuento", contaba Sebastián a la prensa.
Ellos ya forman parte de la Bolsa de Trabajo
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