Se trata del proceso más común de soldadura eléctrica aunque no precisamente el más fácil, ya que requiere mucha práctica del operario para calificarse en este ámbito. Sin embargo su relativa simpleza, portabilidad y bajo costo lo posicionan como el sistema más utilizado en la actualidad.
Es importante aclarar que existen diversas maneras de llamar a este proceso dependiendo de qué países o normas provenga la denominación. Esto suele ser muy confuso porque a veces creemos que se habla de cosas diferentes cuando en realidad es lo mismo.
También puede verse como MMAW y significa "soldadura manual por arco de metal" haciendo referencia al método que involucra un arco voltaico para fundir el metal, aunque dicha denominación es extremadamente genérica y no aporta claridad a esta confusión.
Significa "soldadura de metal por arco protegido" haciendo referencia al blindaje gaseoso que rodea a la zona de la soldadura.
Es la denominación menos ambigua de este proceso ya que se refiere al uso de una varilla o STICK.
Por si no quedó suficientemente claro: Son diferentes maneras de nombrar al mismo proceso de soldadura.
Se conoce como arco eléctrico o voltaico al salto de un gran flujo electrones a través de un ámbito gaseoso o vacío. El relámpago que podemos ver un día de tormenta, es un ejemplo de un arco eléctrico que se produce en la naturaleza. Este fenómeno emite grandes cantidades de luz y cuando se produce en un entorno gaseoso produce su característico estruendo audible.
Este arco es capaz de calentar el metal a una temperatura aproximada de 3.500°C, calor suficiente para fundir las piezas y dar lugar al proceso de soldadura.
El electrodo revestido es una varilla consumible de metal de 30 cm. de largo con un recubrimiento que puede ser de material básico, rutílico o celulósico, entre otras composiciones. Esta varilla tiene las funciones de:
Este equipo es más conocido como "soldadora eléctrica" y es el encargado de convertir el voltaje y la corriente de red a valores aptos para la soldadura.
Es el sistema tradicional que está formado por un núcleo de hierro y dos bobinas, una se conecta a la red de alimentación y la otra se conecta a la salida del equipo (porta electrodo y pinza). Este equipo de soldadura proporciona una salida de corriente alterna o AC, lo cual limita su funcionalidad, y no tiene regulación fina de la corriente ni control de la calidad del arco aunque, como punto a favor, son capaces de manejar enormes corrientes y tienen una durabilidad extraordinaria.
Los inversores representan la nueva generación de equipos para soldadura. En su interior ya no predomina un transformador sino que incorporan electrónica manejada por micro controladores para administrar las características de la corriente de soldadura, lo que ha permitido optimizar el consumo de energía y reducir su tamaño y peso hasta el 30% de lo que pesaría un aparato tradicional de transformador.
Estos equipos tienen un manejo exacto de la cantidad de corriente y pueden alterar la forma de la onda para controlar el arco y permitir una soldadura de mejor calidad. Por ejemplo, de manera automática pueden proporcionar mayor corriente al inicio del arco, y una disminución de la corriente si el electrodo se pega al material. La etapa final de potencia es manejada por transistores MOSFET o IGBT adosados a disipadores de calor de aluminio.
El equipo consta de dos cables con dos pinzas. En un extremo está la pinza porta electrodos y en el otro cable contamos con una pinza cocodrilo para conexión a masa. Una vez conectado, se coloca el electrodo en su pinza y se acerca a la pieza de trabajo.
La tensión eléctrica genera un arco voltaico que eleva la temperatura de las piezas a soldar y también calienta la punta del electrodo hasta el punto de fusión produciendo un charco de metal líquido.
La temperatura del arco supera ampliamente los 5.000 grados centígrados en su punto central, por lo que el metal en contacto es llevado rápidamente a temperaturas superiores a los 3.500º, lo que genera una fusión casi instantánea.
Al mismo tiempo el revestimiento del electrodo se consume generando una nube de gases en torno al arco y una capa de escoria que protegen el metal fundido del contacto con el oxígeno mientras se enfría y solidifica creando el cordón de soldadura.
Una soldadura correcta es la que deposita el acero de aporte debajo y deja la escoria en la superficie como una cobertura. Una vez que se solidifica el material, se debe retirar la escoria con un piquete y un cepillo de acero de ser necesario. En una buena soldadura, la escoria debe poder quitarse sin dificultad.
La necesidad de realizar este procedimiento es un punto en contra de la productividad del proceso de soldadura con electrodo revestido, ya que consume bastante tiempo y genera mucha suciedad. Por ese motivo no es el método preferido en el ámbito industrial.
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